sábado, 27 de septiembre de 2008

Se acabó OpenCor


Finalmente he acabado mi curro en OpenCor. Muy al contrario de lo que pudiera pensar en un principio, salgo muy contento con las personas que he encontrado allí. Una pequeña familia dentro de un trabajo difícil para un grupo empresarial gigante donde, en principio, el factor humano se diluye entre tanta gente.

Sin embargo aquellos que cada día abrían la tienda durante 16 horas me ha demostrado la valía del compañerismo. He disfrutado de su compañía, personas venidas de medio mundo que han hecho de OpenCor su herramienta para lograr sus sueños. Latinoamerican@s que han cruzado el océano para buscarse la vida, una mujer rusa que vino sin nada entre manos, sin conocer el idioma, y que ahí está peleando honradamente por ser feliz.

Miki, Vera, Jeannete, Nacho, Mayra, Rafa, Stefany, Carmita, Carolina, Marcela, Ángel... ¡muchas gracias!


Desde un punto de vista romántico, el trabajo en una tienda cara al público es fascinante. Puede que no me entienda nadie, pero durante estos meses he podido tener cientos de "mini conversaciones", y he conocido muchas historias personales, algunas por lo que me han contado, otras por lo que he sentido.

Ese hombre que cada día, puntualmente, compraba 3 cervezas a las 8.30, 11.00 y 13.00; esa señora solitaria que cada noche venía a charlar con el primero que se le cruzase; esa chica que entró llorando por amor y se marchó de la tienda con una sonrisa y un caramelo; esa abuela que me lanzó besos simplemente por ser agradable con ella... todas esas personas que son capaces de transmitir sus emociones al que quiera verlas. Me he sentido muy feliz compartiendo siquiera dos minutos al día con cada uno de ellos.

Son muchas las experiencias reducidas que he tenido en la tienda, y aunque alguno pueda pensar que soy un sensiblero, creo que he aprendido mucho, y me siento orgulloso de haber sabido entender a las personas en apenas dos sonrisas.

Atendiendo a lo más práctico, con esto he conseguido completar mi presupuesto para el viaje, 2500 € para poder vivir independiente y holgazán durante 3 meses, a la espectativa de lo que allí pueda encontrar. Ya me he gastado entre casa y billete de avión 900€, así que creo que el margen económico sigue siendo bastante amplio.

Agradezco infinitamente a Jaime y a mi hermana Maite (y Andoni) por haberme dado habitación gratis este tiempo, a Ainhoa por haberme conseguido "encajar" en este trabajo de una manera tan precisa. Y sobre todo a mis padres por haberme mantenido y apoyado (a su manera) este difícil año.

¡Nos vemos en İstanbul!

No hay comentarios: