lunes, 1 de diciembre de 2008

De Üsküdar al Gran Bazar. Día 62

Reduzco estos días con mi amigo Jaime a una simple exposición de fotos, ya que de otra manera no tengo tiempo de actualizar mi blog. En cuanto esté al día ya comentaré lo sucedido, que en una pequeña parte se puede resumir con estas fotos.

Hoy Zeynep ha querido ser nuestra guía turística. Para empezar hemos madrugado (más o menos) y nos ha querido llevar a un restaurante gestionado por el ayuntamiento donde, por un precio módico, nos daban de desayunar. El lugar que a priori era un sitio corriente, se ha revelado como una especie de minipalacio en la cima de una colina en el distrito de Üsküdar. Al igual que el resto de esta semana, ya lo comentaré mejor en otro momento, puesto que el lugar y el concepto de "restaurante municipal" es tremendamente interesante, basta decir las vistas al estrecho y el precio de risa que ha costado todo.










Según hemos acabado he querido cruzar (esta vez sí) el puente sobre el Bósforo. Como estábamos cerca hemos decidido ir andando a una parada de autobús situada justo a la entrada del puente. No voy a decir que ha sido un error porque el camino era precioso, pero también ha costado lo suyo subir hasta el puente... Los pilares del mismo, que hemos rodeado en el camino, están protegidos por una base militar.



Hemos cogido el bus después de pasar casi media hora esperándolo, tiempo en el que un niño gitano se ha acercado a vender pañuelos. El chico era bastante simpático (o lo parecía), pero daba pena ver solo a un chaval de 6-7 años que además estaba repleto de heridas por peleas vete a saber con quién o con qué.

Luego hemos ido a Taksim, para recorrerla de día, hemos comido un delicioso profiterol con chocolate y hemos fisgado en las tiendas y bazares que se reparten por la İstiklal Cadessi.






Taksim se encuentra en un alto, para bajar del mismo, hemos ido a la pintoresca y preciosa Cezayir Sokak (Calle de Argelia), repleta de tiendas y bares, con las casas decoradas en un bonito color rosa que la dan un aspecto de calle de cuento de hadas.



Una vez abajo hemos cogido el tranvía que nos ha llevado desde la estación de Fındıklı hasta la de Beyacıt, donde se encuentra la entrada sur del Gran Bazar. Poco a poco el tranvía ha comenzado a llenarse de gente hasta convertirse en un viaje insoportable. Al salir del mismo nos hemos sentido tremendamente aliviados de poder tener aire que respirar de nuevo...


Ya hablaré mejor de todo esto, entre otras cosas del peculiar refranero que utilizaba un vendedor en el mercado de las especias mientras vendía a Jaime una cantidad ingente de tes de distintos sabores. La experiencia del bazar que yo considero suficientemente controlada después de la última vez, y que creo que, viviendo en İstanbul y conociendo los precios fuera del bazar grande, es difícil encontrar buenos precios, pero también es el lugar donde más cosas puedes econtrar. Un ejemplo comparativo: en el supermercado Alpak que tengo al lado de casa compro 6 vasos de té por 2 liras, y 6 platos por otras 2; en el bazar puedo comprar lo mismo por 20 liras, bien es cierto que tienen una rayita dorada decorativa, en cuyo caso, calculo que en mi súper el precio podría elevarse hasta las 4 liras los vasos, las mismas 2 liras los platillos... no más comentarios.

Acabado el día, largo y cansado, hemos vuelto a casa en ferry y bus, para coger el "vapuru" hemos tenido que esperar, tiempo que hemos aprovechado en tomarnos un té en los bares del Puente Gálata.



Ya en casa ha sido momento de revisar los frutos de un día de turisteo, como los gorros otomanos de mi hermano que por fin he comprado, para poder disfrazarme lo que yo denomino "comando çay". Chorradas variadas como podeis ver.





De nuevo me disculpo por el apaño de estos días, me duele no escribir, pero al menos estas entradas me servirán de recordatorio para poder extenderme tranquilamente una vez que este de vuelta en Bilbao... ¡Hasta pronto!

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