viernes, 12 de diciembre de 2008

Días de tarta y rosas. Día 73


Esto se está acabando un poquito... mañana empieza la cuenta atrás y todo esto pasará a mi memoria, dejando el presente para nuevos proyectos que, no obstante, hoy todavía son futuro y no me importan, aún sigo en İstanbul viviendo los sueños y soñando la vida.

La verdad es que desde que se marchó Jaime, además de los días del festival en el que la ciudad estaba fantasma y la escasez de dinero a estas alturas, me siento como en un impasse en el que ni estoy aquí ni estoy allí. También un poco melancólico, esa ambiguedad de estar viviendo cosas que en realidad quieres recordar, sonreír al pensar en ello, como durante los bises de un buen concierto. Son días especiales, de vino y rosas; o tarta y rosas, como en el que hoy nos ocupa.

Zeynep, a la que ya no puedo evitar decir lo mucho que la quiero (me toca poner cara de vergüenza en público, pero de alegría en privado), ha venido después de "abandonarme" casi una semana por culpa del dichoso festival. Y ha tenido la feliz idea de animarme el día preparando una tarta de chocolate entre los dos.

En verdad es lo que necesitaba, tener algo divertido que hacer, mejor con ella, y por supuesto comerme una rica tarta de chocolate casera.

Hemos ido al supermercado a comprar lo necesario, en realidad de casera tenía lo justo, ya que el bizcocho estaba ya preparado, sólo hemos añadido un poco de batido de plátano, y cocinado el chocolate. Y nata... mucha nata.

Han sido un par de horas de dulces guerras, de chocolate volando de cara a cara, nata por las orejas y cualquier cosa pringosa y/o arrojadiza en las manos ha servido de arma mortal. En verdad he sonreído, feliz de seguir aquí a pesar de los 10 días que me separan del adiós.

Días felices que nunca desaparecerán, este diario es buena prueba de ello. La melancolía es una palabra triste, los portugueses la denominan "saudade" que me parece un concepto mucho mejor, que a pesar de ser un sentimiento superficialmente triste, interiormente significa la alegría de recordar los buenos momentos vividos.

Saudade da minha terra estrangeira do İstanbul.

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