miércoles, 15 de octubre de 2008

Parchís & Vodka. Día 15


Hoy he quedado con Zeynep y Mustafa (un nuevo amigo) para cenar y beber unas cervezas en mi casa. A eso de las 5 de la tarde me he encontrado con ella y me ha acompañad a hacer unas compras en el super, nada espectacular, simplemente atún, pan, huevos y leche.

Mustafa sólo ha querido venir a beber, así que he decidido invitar a cenar a Zeynep. Nos hemos ido a encargar comida a un sitio donde preparan "köfte yarım", el bocadillo que intenté probar hace unos días (en Gálata, día 10) y que resultó ser una mierda. En esta ocasión estaba más rico, aunque no era una maravilla; seguro que en su versión de plato es mucho mejor (también más caro). Mi problema es que en esta ciudad meten patatas fritas a todos los bocadillos, cosa que sigue sin convencerme.


Al salir del lugar, nos hemos encontrado con algo que, aún sabiendo que existía, hasta que no lo he visto no me lo he acabado de creer. Eran chavales que paseaban alegremente esnifando pegamento, y pidiendo cosas a la gente que pasaba. Me sorprendió que lo hicieran tan tranquilamente a las 7 de la tarde por una calle repleta de gente y de tiendas abiertas, pero así era. En realidad no ha pasado nada, uno de ellos quiso preguntar algo a Zeynep que no le respondió. Eran como una decena pero cada uno iba a su aire. Zeynep estaba aterrorizada, y me contagió un poco el temor, pero a decir verdad, no estaban haciendo nada "malo". Quiero decir, probablemente porque era temprano, estaban desperdigados, en un sitio transitado y porque debían ser sus primeros momentos inhalando el pegamento, estaban tranquilos. Aún así ha sido una imagen muy triste.

El caso es que hemos llegado a casa, cenado y visto "How I met your mother" un buen rato hasta eso de las 11, cuando ha llegado Mustafa. Aquí no hay chinos, pero si turcos que mantienen las tiendas abiertas por las noches en las que se puede comprar cerveza, panchitos y un poquito de vodka por si las birras no son suficiente.

Y en esas hemos acabado, escuchando música, hablando, bebiendo, comiendo, jugando al parchís y la escoba, echando unas risas y pasando un buen rato hasta irse a dormir. Le he pedido a Mustafa que, cuando venga Jaime (el 24 si mal no recuerdo), nos lleve a hacer turisteo nocturno. Y así será.


Las fotos pertenecen a Bağdat Caddesi (Avenida de Bagdad), la calle comercial que tengo aquí al lado en la que puedes comprarte desde un bolso de Vittorio & Luccino hasta un Porche Cayene 4x4. Cosas de pertenecer a la élite, ya sabeis...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Javi,

Empezé este año con tu blog del curso de turco. Hacía tiempo que no entraba y esta semana he visto lo de tu viaje a Istanbul y este nuevo blog contando tus días por alli.

Te diré que me lo he tragado todo enterito hoy mismo, jajaja (gracias a que no he tenido mucho trabajo).

No sabes la envidia que me das! Se me habían dormido un poco las ganas de viajar a Turquía pero, gracias a ti, han despertado de nuevo. Espero tener pronto la oportunidad de hacerlo, aunque supongo que será en plan turista en época turista y con el tiempo limitado de unas simples vacaciones. Me encantaría poder hacerlo como tú, viviendo como un "Estambuleño" más allí durante 3 meses.

En fin, no me enrrollo más. Espero impaciente tu próxima entrada. Me parto con lo que cuentas de tu compañero de piso y sus eructos, puajjj! jajaja, yo no podría soportarlo ni medio día!:P

Un abrazo grande y que disfrutes un montón cada segundo en esa mágica ciudad.

MCarmen.

Javi dijo...

jejeje, gracias maricarmen!!!

pues aqui sigo, escuchando el dulce sonido de la tos seca tabaquera, la suave melodía de los eruptos cerveceros cuando surcan mis oídos, la relajante armonía de los ronquidos junto a la deliciosa voz de la televisión alemana.

ojalá pudieras escucharlo para sentirte en el cielo como yo...

Anónimo dijo...

quita quita! ajjj,ya me hago una ligera idea con tus comentarios, me basta!, jajaja

Anna dijo...

Yo también vi niños esnifando cola en Egipto, en Luxor. Era súper triste. Se sentaban en el bordillo y veías como se pasaban la bolsa unos a otros, y alguno se acercaba tambaleándose a los turistas que pasábamos a pedir alguna moneda. Miedo no me dieron, pero me quedé hecha polvo :(. La gente de allí ni se inmutaba, yo no sé si es algo cultural o qué...

¡Sigue disfrutando del viaje!

aixa dijo...

El sábado estábamos tomando una cerveza debajo de mi casa y unos amigos me dijeron que la niña de unos 8 años que se acercó a vendernos cacahuetes vivía allí con sus 2 hemanas, un poco mayores, en calle. ¨Fuma crack, pero no te preocupes ~me dijeron~ ella sabe muy bien como funciona este barrio. Es muy simpática. Los bares cierran tarde, y hay gente hasta tarde, nadie le vá a hacer nada.¨
De vuelta a casa, un chico de unos 20 años, nos vino a robar. En medio de una calle por la que no pasó nadie. Por suerte, teníamos unos 2 euros para darle.
Qué es lo que ellos pensarán cuando ven un Porche? Hasta robarlo está fuera de su alcanze. Sólo pueden abusar de quien no puede defenderse.