martes, 7 de octubre de 2008

En la terraza del Nostalji, Kadıköy. Día 7


Hoy he vuelto a Kadıköy, esta vez he probado qué es eso de viajar en un minibüs, no he tomado fotos porque esta gente (los conductores) es realmente pesada, y sólo con mirarles ya paran para que te subas al minitrasto. Asimismo está lleno de gente y es muy pequeño, por lo que una vez dentro tampoco me he atrevido a sacar fotos. Y es una pena porque era curioso.

El sistema de minibuses en sí es bastante interesante, puesto que cubren la misma línea de los otobüs pero con muchísima más frecuencia, es más, te puedes encontrar un minibús cada 20 segundos. También paran en cualquier sitio, por lo que no es necesario esperarles en los lugares al uso.

Esto, que parece cojonudo, se transforma en pesadilla cuando ves cómo pegan un bocinazo a cada persona que pasa, que se detiene un segundo aunque sea a mirar la hora, o que simplemente bosteza. Y como preste la más mínima atención se paran y le abren la puerta. Imaginad lo que esto puede suponer en una ciudad de 15 millones de habitantes a las 4 de la tarde, algo así como una parada inútil cada 10 segundos para intentar "cazar" un pasajero. Con la consiguiente pelea entre todos los minibuses para ser el primero de la fila, puesto que, como ya he dicho, su frecuencia es casi de tres-cuatro cada minuto.

Al menos están menos repletos que los autobuses de línea normales y tienen más agilidad, a parte del encanto de viajar en un trasto tan viejo y poder ver de cerca cómo cada persona que cruza la calle se juega la vida.


He ido a Kadıköy a buscar un callejero de İstanbul, para poder enterarme y conocer las calles por las que ando, y tener más información sobre el transporte aquí. Como ya vine una vez sabía que por aquí hay muchísimas librerías, pero no ha habido suerte, todo lo que he visto eran mapas parciales para turistas o guias muy detalladas (y caras).


Caminando he entrado en un restaurante para comer. He probado el gözleme, una especie de crepe hecho con pasta fresca y relleno de espinacas, carne, setas, queso, patatas o todo a la vez (por supuesto he pedido la mezcla completa). Lo curioso de este plato es que dos mujeres sentadas en una especie de "escaparate" a la entrada del lugar se dedican a preparar la masa que, después de rellenar con los ingredientes, cocinan en una plancha caliente.


Como postre he tomado un pastel de harina de trigo con pistachos del que me hablaron, el irmik helvası, que es típico comerlo cuando muere un familiar. A pesar de lo siniestro del asunto, estaba bastante rico. Las fotos están sacadas de internet, las pongo para que os hagais una idea.


A la salida he ido a tomarme una cerveza Efes Pilsen a un bar llamado Nostalji, que era como una discoteca con música un poco desagradable, pero con una terraza en lo alto del edificio bastante tranquila donde he visto las callejuelas del mercado de Kadıköy.


Desde allí también he podido ver los minaretes de dos mezquitas, desde uno de las cuales ha empezado a sonar la voz del muceín llamando a la oración. En realidad escucharlo desde lejos es bonito, pero teniendo el altavoz en la oreja pierde su encanto.


Aún así, tomarse una birra con la gente animando el bazar histórico de Kadıköy a mis pies, el Bósforo al frente mientras atardece y Europa como telón de fondo... creo que podeis entender la sensación que he tenido, no puedo decir mucho más. Şanslıyım!

Zeynebim, seni seviyorum, seninle çok mutluyum.

4 comentarios:

bgo dijo...

he encontrado Kadıköy en el mapa, está cerca de tu casa, a este paso no visitas la gran ciudad!

Javi dijo...

Si por "cerca en el mapa" entiendes una hora de autobús... sí, está cerca.

La gran ciudad es absolutamente todo hermanita querida, y tengo mucho que ver por aquí.

El fin de semana ya iré a Europa de nuevo, no te preocupes, que haré tu reportaje sobre Hagia Sofia

THOR dijo...

mucho pan, mucha comida pero todavia no he visto un sombrero turco.
¿No lo sacaras para no traerte uno?

Anónimo dijo...

qué pasada!