domingo, 30 de noviembre de 2008

Sobre islas, pescaíto y nargiles. Día 61


Reduzco estos días con mi amigo Jaime a una simple exposición de fotos, ya que de otra manera no tengo tiempo de actualizar mi blog. En cuanto esté al día ya comentaré lo sucedido, que en una pequeña parte se puede resumir con estas fotos.


Me da pena no escribir tranquilamentre sobre este día, pero ya lo haré con caracter retroactivo en otro momento, que tengo mucho que recuperar y esta semana con Jaime es lo suficientemente intensa como para dedicarle mucho más tiempo.

El día de hoy es de esos que son improvisados y resultan perfectos. Hemos querido ir a Taksim en bus, con la intención primera de cruzar el puente y visitar el lugar de día, ya que en la anterior ocasión fue de noche y fiesta. Aunque a eso de las 12, cuando estábamos preparados para marchar, Zeynep me ha llamado diciendo que se apuntaba, así que nos hemos quedado en casa esperando.

Entre pitos y flautas hasta casi las 2 no hemos salido, y del frío que hacía en casa hemos pasado al día soleado que se presentaba en el mundo real (tengo que poner más veces el calefactor en marcha). Nos hemos dirigido hacia la estación de buses para coger el 112 dirección Taksim, aunque por el camino he pensado que, siendo la hora que era y el día tan bueno que hacía, lo mejor era aprovecharse que las islas del Príncipe están a tiro de piedra de Bostancı para ir a visitarlas. Y así ha sido.

Hemos cogido un barco privado que nos ha llevado directamente a Büyükada, ya que el ferry no salía hasta una hora después. El precio era el mismo, al menos similar, que no me he fijado bien. En fin, un bonito día en Büyükada que en otro momento que pueda comentaré con más extensión.

















A pesar del número de fotos, la visita ha sido poco más de 3 horas, ya que a las 6 hemos cogido el ferry que nos ha llevado directamente a Beşiktaş. Ha sido hora y media en el barco, pero ha sido un viaje divertido, ya que nos hemos encontrado con un vendedor de algo que podría definir como "expededor de jugo de limón" (que ya explicaré mejor) y nos hemos dedicado a beber té (evidentemente) y a jugar al chinchón en la borda del barco.



Ya en Beşiktaş hemos recorrido su bazar, y finalmente hemos ido a comer unos bocadillos de balık (pescado) frito, ricos ricos ricos. El restaurante estaba justo en la esquina del mercado de pescado de Beşiktaş. Nuevamente, ya hablare sobre esto más detenidamente. Seguidamente hemos ido a ver la plaza del capitán Barbarroja, famoso marinero otomano.





El día ha acabado en Beyoğlu, a donde nos hemos dirigido en bus para ir a fumar un nargil y jugar al tavla en la experiencia real que quise enseñarle a Jaime el primer día. El lugar era el de siempre, pero en esta ocasión nos hemos sentado en una esquina decorada al estilo otomano, así que ahí hemos cerrado el día, como sultanes, celebrando que a veces improvisar depara gratas sorpresas.



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