miércoles, 1 de octubre de 2008

Ahhhh... ¡¡¡increíble!!! İstanbul'dayım!!!


Sólo he visto İstanbul de noche y corriendo de un lado para otro pero... ¡ya puedo decir que estoy aquí! Antes de aterrizar el avión ha pasado de este a oeste por la colina del Serrallo, donde he podido ver las luces que iluminan el Palacio Topkapı, la Mezquita Azul y Santa Sofía, que están muy cerquita entre sí. Y un poco más allá la Mezquita de Süleymaniye, y casi debajo mío la Torre Galata y el puente... como siempre que ves por primera vez lo que tanto has visto en foto, me ha parecido muy pequeño, pero no por ello deja de ser espectacular. De hecho, el viaje ha merecido la pena sólo por esa imagen desde el avión, ha sido como decir: "después de 5 meses esperando... ¡por fin!". Loren, bórrame esto de tu lista jodona.


Al aterrizar me he plantado en un taxi y he aprendido el "turkish style" de conducción, eso de avisar de tu paso a bocinazos es más que curioso. Aunque después de coger taxis en Oporto os aseguro que esto ha sido un placentero tíovivo para niños.


El taxi me ha dejado en el iskele (muelle marítimo) de Bakırköy (12 liras), de donde he tenido la suerte de pillar el autobús marítimo en menos de 5 minutos, un barco enorme repleto de personas. Había partido del Fenerbahçe, por lo que vi muchas camisetas del equipo (el de Luis Aragonés y Dani Güiza). Desde allí pude admirar la negrura nocturna del Mármara, no muy interesante, pero teniendo en cuenta que acababa de pisar la ciudad por primera vez, pues imaginad que casi lloro de la emoción.


Después de 40 minutos de viaje, el barco me ha dejado apenas a 5 minutos de mi casa (6 liras), pero entre que no conocía el camino, la mochila que me pesaba 17,5 kg y la maleta que se quedaba en 20,01 kg, he cogido un nuevo taxi hasta la puerta de casa (3 liras).

Total: 12 + 6 + 3 = 21 liras = 12 euros cambiar de continente. La alegría de haberlo hecho, no tiene precio.

Al llegar a casa me he sentido rápidamente acogido. Ha bajado la chica con la que hablé para alquilar la casa, que es la única de la familia que hablaba inglés, y su hermano, que es el que manejaba las llaves y me ha dado las explicaciones de las cosas a las que, como hago siempre en estos casos, no he prestado la más mínima atención. Hablaba en una especie de "turkenlgish", que comparado con mi inglés conquense, parecía Lord Byron recitando poesía. Al rato ha bajado la madre, dueña de la casa y mujer sonriente. Después de explicarmelo todo y darme la bienvenida con un gran "hoş geldiniz", se han marchado.


Es fiesta en Turquía, por lo que el hombre bajó de nuevo para invitarme con un plato de comida típica de aquí, un poco de börek (pastel salado con queso, perejil y espinacas) y kadayıf (un postre ultradulce de miel, pistachos y una especie de fideos de harina). Encantado con el recibimiento.


De la casa hablaré otro día, así como del alemán que todavía no he visto. Aún no tengo fotos (todas las de aquí están sacadas de internet) y yo me voy a estrenar ahora mismito mi gigantesca cama...

¡Un saludo a todos!

Hoş geldiniz İstanbul'a!!!

2 comentarios:

bgo dijo...

Por fin he aprendido a meter comentarios! chico que torpe que soy.
Me ha emocionado ver tu foto nocturna, entiendo perfectamente tu entusiamo desde la envidia mas envidiosa.
Un feivor, dedicame una pagina de tu diario a la marivillosa Hagia Sophia, prometeme que no dejaras de verla y mostramerla contigo dentro.

Anónimo dijo...

Qué luna más llena...