Aniversario de Mevlâna. Día 78

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Hoy, hace la friolera de 835 años, murió Mevlâna Celâleddin-i Rumi, filósofo y poeta místico musulmán, creador de la orden derviche Mevleví y de la danza sagrada del Semâ, más conocida como la de los derviches giradores. La orden fue prohibida por Atatürk en 1923, con el nacimiento de la República pero, como todas las cosas en esta vida, se vió el tufo a dinero debido a su potencial turístico para el país, así que a partir de la década de los 50 se les legaliza y permite hacer espectáculos a lo largo y ancho de el país, como todos los que se han sucedido hoy en toda Turquía, especialmente en Konya (ciudad origen de los mevlevíes) y por supuesto İstanbul.

Hoy había organizado en Bostancı un festival que comenzaba a la mañana y acababa apenas a las 2 de la tarde, sin embargo, he intentado ir al templo istanbulita de los mevlevíes (en frente de la estación de Tünnel en İstiklal Caddesi) que inexpicablemente también estaba cerrado hoy, aunque con anuncios de un espectáculo que se iba a celebrar en un teatro cercano a las 6 de la tarde.

Eran apenas las 12 de la mañana, así que he tenido todo el tiempo del mundo para perder. Lo primero ha sido ir a comer algo, una pasta al pesto en un restaurante turco-italiano que ha resultado medianamente rica, pero nada especial. Seguidamente he querido hacer unas compras para regalos, aprovechándo el poco dinero que me queda y el mucho tiempo que tenía libre.

Entre lo visto ha sido los ney, puesto que quería comprar uno para Jaime, que se quedó con ganas cuando vino. Al final no he comprado nada, el único asequible a mi maltrecho bolsillo costaba 30 liras, pero era de plástico y perdía todo el valor que el instrumento tiene en sí. He encontrado de bambú a 50 liras, pero insisto que mi economía es muy precaria, y aún tenía que pensar en el show de los derviches.

Luego me he encontrado con Zeynep que venía de la universidad para ver a los derviches conmigo. Hemos ido a tomar un té para hacer tiempo a un nargilem cafe, de uno en uno, primero ella y después yo, para alargar el tiempo (y el dinero) lo más posible. En la puerta del lugar he visto estos grafitis relativos al chaval muerto en Grecia, si ayer Enric me preguntaba cómo se ve en İstanbul lo sucedido en Grecia, aquí tiene parte de la respuesta: Kardeşimsin Alexis ("it. "Eres nuestro hermano Alexis"). He preguntado por ello y me han dicho que ha habido numerosas protestas y manifestaciones a la puerta del consulado griego en İstanbul, pero poco más.


Volviendo a mi historia, relativo a tomar tés alternos para alargar el tiempo y acortar el gasto, no ha habido manera, los minutos son horas cuando quieres convertirlos en segundos, y yo, que apenas había dormido 3 horitas a la noche, ya comenzaba a sentirme muy cansado. Necesitaba moverme o dormir. Así que, ya que apenas tengo días, he querido aprovechar que me encontraba más o menos cerca de Eminönü para acercarme por los bazares a comprar tabaco para mi nargil, resultando que tengo por apenas 10 euros 4 flamantes sabores para mi cachimba cachimbera (plátano, uva, menta y manzana).

En esas hemos regresado a Taksim, aún era pronto, pero hemos ido al teatro a comprar las entradas. El susto ha sido grande cuando nos han dicho que eran 30 liras (y yo que me esperaba que fuera gratis...), pero qué quereis que os diga, llevo casi 3 meses esperando para esto, hoy era un día especial y llevo casi 6 horas dando vueltas (como un mevleví giratorio) para decir NO a estas alturas de la película. Así que con dolor pero con ilusión, he comprado la entrada.


Como era de esperar, el espectáculo ha sido espectacular, valga la rebuznancia, todo vestido de un soberbio negro y un silencio infinito que sólo ha roto un tambor al sonar, seguido del respiro del ney y finalmente los acordes del bağlama, el suz, el kamançe y el coro de voces recitando poemas místicos (en lengua turca).

Acabado el derroche han aparecido los bailarines cubiertos con sus túnicas negras. Traían consigo una piel de carnero teñida de rojo la cual han dejado en el suelo y era al destino de todas sus reverencias. Acto seguido se han reunido junto a los músicos para, de rodillas, escuchar los versos del corán (en árabe) que uno de los miembros del coro ha recitado.


Acto seguido se han levantado, han reverenciado al sudario y han comenzado su "paseo" saludándose entre ellos mientras sonaba la flauta. Era un andar suave y pausado, circular. El cual ha terminado al tiempo que el ney, para dar paso a una nueva reverencia y, uno a uno, comenzar los giros, con la mano derecha mirando al cielo (tomando de Dios) y la izquierda al suelo (dando a la Tierra) y el Hombre en medio, transmitiendo el flujo a través de su corazón.


Mañana explicaré mejor lo que significa la Semâ, ya que tiene un valor simbólico que necesita su tiempo. Pero ahora basta con comentar la belleza de la ceremonia en sí, desde las faldas moviéndose de manera simétrica (no en todos los bailarines, he de decir), los sonidos instrumentales como perfecto acompañamiento o el movimiento circular, no únicamente sobre sí mismos sino también alrededor del escenario. Todo ello incrementado por el inusual espectáculo que para mis ojos occidentales supone tal cosa.


La ceremonia ha acabado con unos versos coránicos en turco destinados a los Profetas de Dios y a los hombres, momento en el cual uno se da cuenta quien era turista y quien era turco en la sala, ya que han pedido un gesto (parecido al de lavarse la cara con ambas manos) que apenas la mitad de la gente presente ha entendido.

Pero en fin, mañana comentaré mejor sobre esta danza, con videos si encuentro, ya que hoy estoy terriblemente cansado y necesito dormir... İyi geceler.